Uno de los periodistas más polémicos del Perú quiere ser presidente del país. Su atípica campaña electoral (cuya trinchera es un programa de TV) ha cobrado importancia y abundante cobertura mediática. Quizás porque Bayly es más que periodista. Es uno de los más claros símbolos de cómo el periodismo se ha mezclado con el entretenimiento y la política. Más de una década después de que Fujimori consolidara "la primera dictadura mediática de América Latina", el espectáculo de la política populista sigue en las primeras planas. Para bien y para mal. La revista peruana Dedomedio analiza el fenómeno.
"Periodista, celebrity, comediante, narrador, posmoderno, bisexual, agnóstico, sofista, letrado, superficial, trasgresor, comercial, conservador, cosmopolita, chicha, populista, elitista, demagogo, pueril, lírico, exhibicionista, ex adicto, ex suicida, precoz, experimentado, egocéntrico, carismático, depresivo, hilarante, informado, sesgado, conflictivo, conflictuado, contradictorio y, sobre todo, ambiguo".
Estos adjetivos pueden ser una introducción para entender a un personaje complejo: "Jaime Bayly ha construido un personaje emblemático cuya identidad fluye entre el circo mediático y el periodismo influyente; entre la alta cultura de la literatura cosmopolita y el folclórico espectáculo de la farándula local. Atraviesa clases sociales a través de una pantalla de televisión; baila con la homofobia colectiva travestido de celebridad. Genera escozor a la derecha y a la izquierda, simplificando como sofista todo tipo de discurso. Sabe que la gran arma de estos tiempos es la risa. Que las dictaduras son mediáticas. Que no importa ser cultivado; más vale ser divertido. Y que esto está bien."
Bayly como posible candidato, añade la nota, es el caso más reciente de un fenómeno global: los discursos del espectáculo, la política, los medios, la farándula, el periodismo, la publicidad se mezclan hasta del punto en que diferenciarlos es difícil, si no imposible. En este contexto, "los periodistas entretienen. Los políticos hacen comedia y espectáculo. Las celebridades entran en política", en reality show a tiempo completo.
"Desde la popularización de la TV, los críticos han acusado un embrutecimiento colectivo y un distanciamiento de los ciudadanos a la participación política. Se han preguntado: ¿Son los medios electrónicos una forma de estupidización masiva a través de la cual se manipula al pueblo? ¿O son, por el contrario, la democracia de la información? Pues depende, en realidad son los dos".
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